Mi compañero de todos los meses

Pues sí, así estoy esta semana y por desgracia todas tenemos que pasar por esto una vez al mes. La verdad es que a veces resulta un tema tabú pero he decidido hablar de ello.

Este periodo podemos dividirlo en varias etapas, y primero me voy a centrar en mi favorita: convertir al frigorífico en nuestro fiel compañero.

Nos encantaría poder transportarlo de una habitación a otra para evitar levantarnos, y ahí es cuando nos surge nuestra primera duda existencial. Por un lado coger todas las reservas necesarias para sobrevivir durante unas horas o coger algo para saciarnos en vez de empacharnos. Cierto es que al coger todo ya no tendrías que levantarte más (momento pensativo mientras has cogido un trozo de chocolate y lo estás mordiendo mirando la nevera esperando a que ella misma te responda). Decidido, ya que atracas la nevera vas a hacerlo de verdad, y entonces te acuerdas de ella. Ahí está, esperando. Hace dos meses que no la sacas a pasear (dos por tirar a la baja pero todos sabemos que es más). La tienes repudiada en el compartimento que está más atrás para no verla al abrir la cartera. La odiosa tarjeta del gimnasio que te recuerda la forma tan absurda por la cual estás despilfarrando el dinero. Conclusión: coges menos de lo que ibas a coger y así entre idas y venidas haces ejercicio (miradita de suficiencia como si hubieses ganado la lucha hacia tu lado lógico que te dice que realmente no es así). Y aquí tenemos un nuevo dilema ¿dulce o salado? Nuestro cacao hormonal particular no nos deja decidirnos y acabamos optando por las dos cosas. En mi caso suelo optar por el chocolate con la frase de madre acompañada de “luego no te quejes si te sale algún grano” No entienden nuestra relación, no podemos vernos y no saludarnos.

Hay otra etapa que podría tener como título Odio profundo hacia todo ser vivo.

Y es que cuando estoy en este momento, todo me molesta. Respiras más fuerte de lo habitual y ya estoy poniendo cara de asesina. Ese odio profundo a la frase ¿tienes la regla? Como sinónimo de estás insufrible. Doy las gracias porque esta fase no suele durar más de dos días e incluso a veces menos. Pero es que cuando se da el caso, más vale que seas un angelito mudo y cargado de paciencia para poder soportarme.

Así que hombres del mundo, durante esta semana, sed cariñosos. Intentad no soltar las típicas frases que provocaran un enfado y no nos tratéis como si estuviésemos contagiadas y tuviéramos la peste. Y sobre todo, sabed que que una no se queje de que le duele no significa que no le duela sino que quiere llevarlo con normalidad.

¿Y vosotras qué etapas tenéis?

https://www.youtube.com/watch?v=i7X6nO0R9jA